Starve Acre
Una novela folk horror con niño inquietante. ¿Qué más se puede pedir?
"But I see nobody there, -
Nobody moves about the green,
Or wanders the heavy trees between."
"Ah, that's because you do not bear
The visioning powers of souls who dare
To pierce the material screen.”
(Thomas Hardy. The House of Silence.)
Starve Acre (pronúnciese estarf eikr) se publicó por vez primera en la Eden Book Society como una novela escrita en 1972 por Jonathan Buckley. La Eden Book Society fue un sugerente y efímero ejercicio de recreación alumbrado por la editorial británica Dead Ink Books en 2016, en el que se presentaban obras de terror supuestamente escritas bajo seudónimo por reconocidos autores de la época dirigidas exclusivamente a los miembros de la sociedad, nacida en 1919.
En realidad, Starve Acre fue escrita por Andrew Michael Hurley en 2019 y la novela fue llevada al cine en 2023 en una adaptación protagonizada por Matt Smith.
Starve Acre («acre hambriento») es el nombre de la finca situada en el condado de Yorkshire que el protagonista hereda de su padre y donde se desplaza con su familia a vivir. La acción arranca semanas después del fallecimiento del hijo pequeño. La esposa del protagonista, incapaz de superarlo, recurre a un grupo de videntes para intentar contactar con el espíritu del niño. Mientras tanto, el protagonista, más escéptico, se dedica a excavar en los terrenos para localizar los restos de un olmo que tuvo una presencia destacada en la historia del lugar, pues en él se ahorcaba a bandidos y asesinos; el folklore local dicta que, en consecuencia, la finca está maldita y es morada de un espíritu maligno procedente de los bosques aledaños.
Bajo la tierra se esconde, por tanto, el pasado, pero no solo de forma metafórica. Ciertos restos son desenterrados y con ellos vuelve algo más. La seánce conducida por la médium, cuyo objetivo inicial era cerrar la herida provocada por la muerte del niño, en realidad provocará un inesperado alumbramiento.
Nuestro protagonista es un hombre materialista y analítico hasta el punto de evitar expresar sus propios sentimientos y esquivar el duelo de su hijo encerrándose en su estudio y en la investigación del pasado de la finca. Su falta de empatía es un problema que rechaza abordar hasta que no tenga más remedio que enfrentarse a él a medida que se desencadenan los acontecimientos, desembocando en un final sorprendente e inquietante, con una última frase memorable.
A lo largo de la novela vamos descubriendo los sucesos que condujeron al fallecimiento del hijo, entrelazados con la actualidad. Este juego de comunicación con el pasado está engarzado de forma minuciosa y brilla como un trabajo de orfebrería. Los puentes entre las escenas tienen completo sentido y están totalmente integrados en la evolución de la historia.
La novela se encuadra plenamente en el folk horror y aborda varios de los temas típicos de este subgénero. El más evidente, la influencia del pasado que se concreta en el presente, y no solo a través del folklore, sino también mediante los errores cometidos por los padres que serán replicados por sus hijos, cual maldición de sangre. Así, el protagonista no solo desentierra literalmente el pasado, sino que también intenta poner orden en la biblioteca legada por el padre, que este expresamente descompuso con el objetivo de que los peligrosos conocimientos que allí anidaban permanecieran ocultos por el bien de la familia. Además, el pequeño también se dedica a buscar tesoros en el subsuelo, imitando al padre.
Aunque la historia transcurre en los años 70, no incluye elementos que remitan explícitamente a dicha época, lo que sitúa a esta obra en un interesante marco de atemporalidad dentro de un género marcado por la nostalgia envenenada:
«On the one hand people seek a route back to the old ways, seemingly a more simple way of living in a community where it feels more coherent. But I think if we do go back and live with the landscape more closely, we have to accept that the landscape comes with often violent history. With folklore and mythology, but also insularity and maybe xenophobia as well. So it’s not a simple act of returning. It’s not idyllic return». Entrevista en The Irish Times (2019).
Pero además de todo esto, tenemos un niño inquietante. De hecho, se trata de uno de los niños más inquietantes que yo recuerdo, porque su comportamiento tiene motivaciones que no se terminan de definir. ¿Es realmente la criatura un conducto del pasado y del folklore o son sus actos producto solamente de una imaginación impresionable y de una curiosidad morbosa?
Quizá lo único que se le pueda achacar a la novela es un uso desmedido de la exposición, que en algún momento puede hacer que el ritmo decaiga, pero que está plenamente justificado cuando se tienen en cuenta los distintos niveles que componen la obra.
En definitiva, se trata de una novela folk horror inquietante y compleja, que hace uso del folklore local de formas muy sugerentes, y que se añade a algunas lecturas recientes que utilizan ese mismo recurso con magníficos resultados. Una de las mejores novelas en lo que llevo de año.
BIBLIOGRAFÍA
Ensayo sobre el libro
Mercer, Erin (19 de febrero de 2014). “This Sense of Otherness”: The Horrors of the Countryside in Andrew Michael Hurley’s Starve Acre. Critique: Studies in Contemporary Fiction, 1–11.
Entrevistas al autor
Lee Brewer, Robert (3 de julio de 2023). Andrew Michael Hurley: On Diving into the Horror of Bereavement. Writer’s Digest.
McAloon, Jonathan (28 de octubre de 2019). Andrew Michael Hurley: ‘There’s nothing more terrifying to me than nationalism’. The Irish Times.
Smart, Katie (28 de noviembre de 2019). Andrew Michael Hurley: 'Read widely, write every day and never feel that time spent doing either is wasted'. Curtis Brown Creative.
Wingate, Steven (14 de febrero de 2019). Tremors in the Background: Talking with Andrew Michael Hurley. Fiction Writers Review.
McRobert, Neil (27 de julio de 2023). Andrew Michael Hurley & Our Green, Unpleasant Land (episodio 152 de Talking Scared podcast). Enlace.


